Muy buenas,
al escribir esto me doy cuenta que no sé muy bien cómo hacerlo, quiero decir, no se como escribir para que alguien me lea. He pasado los últimos diez años de mi vida escribiendo, al principio meras anotaciones en los primeros libros que leía por gusto, luego cuentos sobre una tusa que me duró años, al final la estructura se fue agolpando en mi cabeza gracias a la universidad; resúmenes, ensayos, reseñas, mapa conceptuales, proyectos integradores… todo parecía llevarme hacia un camino claro.
Ese camino se fue desviando, quizá inclinando, o mejor: aparecieron huecos que me hacían subir a los andenes, que me daban otra perspectiva de esa meta que mi yo de 20 años creía que era lo único que importaba. Sigo estando en los 20, pero hace rato dejé de sentirme así, creo que me encuentro en unos sensibleros 30 mentales.
Por eso quise hacer este newsletter; primero, porque me parece fascinante que alguna persona en algún lugar del mundo escriba una carta contemporánea de lo que sea y que yo tenga la seguridad, seria lo ideal, de que llegará a mi bandeja de entrada un jueves en la noche. Segundo, porque ya no me es suficiente escribir para mí, ya no soy el lector que necesitan mis pensamientos, he envejecido, pero mi escritura está en la más insensata infancia.
Primera postal
![Una sala en el sótano de la Biblioteca Luis Ángel Arango](https://substackcdn.com/image/fetch/w_1456,c_limit,f_auto,q_auto:good,fl_progressive:steep/https%3A%2F%2Fsubstack-post-media.s3.amazonaws.com%2Fpublic%2Fimages%2F7d553c0d-05a0-4670-b4be-2f7eb13c0594_1748x1240.png)
Puedes descargar la postal con su respaldo aquí.
En la biblioteca Luis Ángel Arango existe un sótano, en realidad son tres, y a veces hacen visitas guiadas por esos pasadizos que llevan décadas resguardando libros. Fui con Mateo hace unas semanas y mientras caminábamos y escuchábamos la voz de un guía que trataba de mantenernos juntos, para que no nos acuclilláramos en algún rincón a buscar libros viejos, me encontré con una habitación pequeña, sin ventanas y que solo tenia dos sillas negras, una mesita y dos termos con tintos. Recuerdo que me quedé viendo unos momentos y con la cámara del celular saqué una foto distraída.
Esa es la imagen que sigue recorriendo mi cabeza, ¿Quiénes se sientan en esas sillas? ¿quiénes sirven esos tintos? ¿alguna vez han limpiado ese lugar? Somos una inquietante sucesión de preguntas y cuando aparecen imágenes que descolocan no sabemos que hacer.
Yo no sé qué hacer con las imágenes que se van agolpando con el paso del tiempo.
Bueno, creo que las escribo.
Dejo la página en donde puedes solicitar una visita a la BLAA
Libro recomendado
Soy un lector obstinado, de esos que buscan la manera de hablar de algún libro que le interesa o está leyendo, de aquellos que hacen piruetas en la silla de un bus para ver que lee una persona del frente y se emociona cuando conoce el titulo.
Por eso, entre estos desfogues de escritura quiero contarte sobre algunos libros, quizá uno que esté leyendo o que terminé hace poco, incluso pienso en alguno que leí hace diez años, puede que te encarte con uno que no he leído, pero que estoy tan enterado de la trama que a veces siento que lo hice ¿te pasa?
Hacer preguntas a la hoja en blanco y que no sea un personaje es extraño. Escribir es extraño porque es de las pocas acciones que aunque solitarias necesitan de otro.
Me enredo.
El libro que quiero recomendar es La vida privada de los árboles del escritor chileno Alejandro Zambra. Una novela de 112 páginas que leí en noviembre y que se siente como si un amigo te contara una anécdota de su vida, pero el relato tiene capas, como los sótanos de la Luis Ángel, y nos deja ver los pensamientos de otros personajes. Eso es algo que hace Zambra, crea historias en donde los implicados pueden entablar conversaciones con el lector sin que sea pesado.
Alejandro Zambra juega con la autoficción, deja claro que algo de eso que estamos leyendo pasó en realidad, pero lo revuelve con una narración que no deja de crear preguntas en el lector. Creo que para las personas que sientan que no saben de qué escribir, este libro los puede ayudar. Se puede escribir de lo que sea.
Si te interesa este pequeño abrebocas de la novela, puedes conseguirla aquí .
Hasta otra postal,
Jordi.